¿Será el gas natural el combustible de América en el siglo 21?

Cada vez más el gas natural ha sido promocionado como "un combustible puente" de las fuentes de energía de mucho carbono como el petróleo y carbón a un futuro de energía renovable. Esto está basado en un renovado optimismo en la habilidad de la perforación horizontal y la fractura hidráulica de acceder a los depósitos de gas natural de esquisto previamente inaccesibles. Una revisión del último pronóstico (2011) de la Administración de Información de Energía (EIA por sus silgas en inglés) revela que todos los huevos han sido puestos en la canasta del gas de esquisto en términos de la futura producción de gas en los Estados Unidos. Sin el gas de esquisto, la producción doméstica de gas de EE.UU. se proyecta que caería un 20% para el 2035.

El gas de esquisto se caracteriza por pozos de alto costo y rápido agotamiento que requieren mucha energía y agua. Hay una considerable controversia sobre los impactos del fracturamiento hidráulico en la contaminación del agua tanto superficial como subterránea, así como del desecho de fluidos tóxicos producidos en los pozos. Se han establecido moratorias sobre la perforación de gas de esquisto en el estado de Nueva York y la Provincia de Quebec. Otros análisis ponen el costo marginal de la producción de gas de esquisto muy por encima de los precios actuales del gas, y por encima de las suposiciones de precio de la EIA para gran parte del siguiente cuarto de siglo. Un análisis de la predicción de producción de gas de la EIA revela que serán necesarios niveles récord de perforación para lograrlo, junto con los obligatorios impactos ambientales. Las emisiones del ciclo completo de gases de invernadero (GHG) del gas de esquisto pueden también ser peores que lo que se entendía previamente, y posiblemente peores que el carbón.

Incluso suponiendo que el pronostico de crecimiento de gas de esquisto de la EIA pueda ser logrado, hay muy poco alcance para el reemplazo masivo del carbón para la generación de electricidad o del petróleo para el transporte en su pronóstico. Reemplazar el carbón requeriría un aumento del 65% sobre los niveles del 2009 en la producción de los 48 estados de EE.UU., vehículos pesados un 24% más y ligeros otro 76%. Esto también requeriría una construcción masiva de nueva infraestructura, incluyendo tuberías, instalaciones para almacenamiento y re-abastecimiento de combustible, y así por el estilo. Esto no es más que una fantasía logística, geológica, ambientalista y financiera.

Aunque el cambio al gas natural no sea la bala de plata, hay otras opciones que pueden dar menores emisiones de gases de invernadero y requerimientos de combustible y por tanto mejorar la seguridad energética. Más de la mitad de la flota de generación de electricidad por carbón tiene más de 42 años. Muchas de estas plantas son ineficientes y tienen pocos o ningún control de contaminación. Hasta un 21% de la capacidad generada a base de carbón será retirada bajo las nuevas reglas de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. que entrarán en efecto en 2015. La mejor tecnología en la generación de electricidad de ambas gas y carbón puede reducir las emisiones de CO2 en 17% y 24% respectivamente, y reducir otros contaminantes. Capturar el calor de desecho de estas plantas puede aumentar la eficiencia general. El importante papel del gas natural para usos diferentes a la generación de electricidad en los sectores comercial, industrial y residencial, la cuál constituye un 70% del consumo actual de gas natural para el cuál no existe substituto por el momento, también debe mantenerse en mente. Es probable que los vehículos de gas natural aumenten en un nicho para aplicaciones de viajes cortos de alto kilometraje.

Las estrategias para la sustentabilidad energética deben enfocarse en reducir la demanda energética y optimizar el uso de los combustibles que deben quemarse. Al final de día, los hidrocarburos que no son quemados no producen emisiones. Las "soluciones" de uso intensivo de energía y dinero, tales como la captura de carbono (CSS) son en el mejor de los casos cuestionables, y en el peor de los casos inconsistentes con la idea general de la sustentabilidad energética.

¿Preocupado por los altos precios del combustible y las plantas nucleares que explotan? Sigan adelante, compradores, porque hemos encontrado el oro justo bajo de nuestros pies - una bonanza de gas natural. Sí, el fracturamiento llenará tu tanque, calentará tu hogar, e iluminará las calles por otros 100 años. Al menos eso es lo que nos han dicho.

Un nuevo reporte del Post Carbon Institute pincha con un filoso alfiler la burbuja del gas natural. Escucharemos del analista David Hughes.