Gas natural: ¿peor que el carbón y el diésel en emisión de gases de invernadero?

Gas natural: ¿peor que el carbón y el diésel en emisión de gases de invernadero?

El gas natural ha sido por largo tiempo pregonado como una alternativa más limpia ya que el gas natural libera la mitad del gas de invernadero dióxido de carbono que el carbón. Aunque el mercado del gas natural está en calma por ahora debido a un exceso de abastecimiento, con partidarios cómo T. Boone Pickens promoviéndolo como el combustible del futuro, muchos participantes del mercado están apostando a que un incremento en la demanda del gas natural de los combustibles para transporte y la generación de electricidad continuará por muchos años.

Pozo-a-Rueda: 25% de Reducción de CO2

Ciertamente, el congreso de E.E.U.U. ahora está considerando una ley--Vehículos de Gas Natural (División B, Título XX)--que impulsaría el reemplazar el diésel con gas natural en vehículos pesados. Parte del argumento es que el gas natural es substancialmente más limpio que el diésel--alrededor de 25% menos emisión de gases de invernadero.

De hecho, en un estudio en progreso de la Agencia Internacional de Energía (IEA) lo dice - En promedio, una reducción del 25% en las emisiones equivalentes de dióxido de carbono puede ser esperado en base Pozo-a-Rueda (PAR) cuando se reemplaza la gasolina de vehículos de trabajo ligero que funcionan con gas natural comprimido (CNG).

Análisis de Ciclo de vida: 60% más CO2

Sin embargo, no todo el mundo está tan seguro del prospecto verde del gas natural. El Dr. Robert Howarth, profesor de ecología y biología ambiental en la Universidad de Cornell, indica que usar gas natural en lugar de diésel en los vehículos podría de hecho aumentar el cambio climático, de acuerdo a un descubrimiento preliminar fechado el 18 de Noviembre en un estudio que está bajo revisión por parte de sus colegas.

"Usando la mejor ciencia disponible, podemos concluir que el gas natural no es mejor que el carbón y que puede de hecho ser peor en términos de su huella de gases de invernadero cuando se evalúa en un periodo de tiempo de las siguientes varias décadas."

Su análisis preliminar incluye no solo la cantidad de dióxido de carbono emitido por la combustión, sino también el impacto del metano por las fugas de gas natural. Al añadir el metano al calculo del impacto climático del "ciclo de vida", el gas natural podría ser significativamente peor que el diésel y el carbón. (ver gráfica.)



Los resultados de Howarths muestran que usando el gas natural se emitiría el equivalente a 33 gramos de dióxido de carbono por megajoule--alrededor de 60% más--que tan solo los 20 gramos de dióxido de carbono por megajoule usando combustibles de petróleo.

Independientemente, el MIT también realizó un estudio en que en una base equivalente de gramos de CO2 por megajoules, el diésel tuvo una calificación de 10.7 y la gasolina de 14.4, con el gas natural cayendo justo en el centro en 12.5.

Los dos estudios hacen suposiciones distintas y por tanto ofrecen resultados significativamente diferentes. Aunque el gas natural es el enfoque de ambos papeles; ellos ilustran que hay una necesidad de un estudio más profundo para evaluar completamente el impacto potencial completo antes de pasar leyes que promuevan cualquier tipo de fuentes de combustible.

Parte de la ley de Vehículos de Gas natural (División B, Título XX) impulsaría el desarrollo de vehículos de gas natural al proveer $3.8 mil millones de dólares en reembolsos. El costo de los reembolsos sería compensado al incrementar la cantidad de dinero que las compañías petroleras pagan al Fondo de Responsabilidad para Desastres Petroleros, de 8 centavos por barril a 21 centavos por barril. Y estos 13 centavos muy probablemente terminarían en nuestros tanques de combustible.

Así qué, en resumen, al apresurarse a cumplir con las metas de emisiones, podríamos estar subsidiando algo que podría o no producir el resultado en cambio climático que esperamos. Es una práctica estándar en el proceso de toma de decisiones en los negocios el observar el "costo total de propiedad" de un nuevo producto o servicio. La legislación debería someterse a un proceso de evaluación similarmente vigoroso, también.