Brasil elimina leyes para proteger el bosque tropical

El proyecto de ley, que ahora va al Senado, originalmente estaba destinado a ser una medida para limitar la tala sin restricciones, e incrementar la protección de las áreas arboladas de Brasil, las cuáles juegan un papel importante en la reducción de gases de invernadero.

Pero los intereses económicos de las granjas prevalecieron contra los ambientalistas al reformar la ley para reducir las restricciones que han sido puestas desde 1965 y a las cuáles se les acredita con frenar la deforestación.

"La Cámara de Diputados (el martes) convirtió lo que era una ley de protección forestal en algo que alentará la deforestación y el avance sin control de las granjas y ranchos," acusó la organización no-gubernamental Greepeace.

Ambientalistas, científicos y diez antiguos ministros ambientales lucharon hasta el amargo fin para detener el proyecto de ley.

Este suceso fue visto como un primer revés para la Presidente Dilma Rousseff quien tiene el soporte mayoritario en el Congreso pero fue incapaz de mantener su partido unido al tiempo que los poderosos cabilderos lograron dividir a los legisladores.

Izabella Teixeira, la ministro ambiental, ha advertido que la presidenta podría vetar puntos de la ley que puedan fomentar la deforestación.

Pero la jefa de la Federación Nacional de Granjas Katia Abreu dijo, "Los intereses granjeros y rancheros de Brasil están celebrando un paso hacia adelante."

La ley de Conservación de Bosques de Brasil data de 1965; limita el uso de la tierra de bosque para propósitos de agricultura, requiriendo que los dueños mantengan cierto porcentaje de su tierra en su estado natural.

En la extensa región de la cuenca del río Amazonas, la ley existente requiere que tanto como un 80% se mantenga como bosque.

Pero la nueva ley permitiría que enormes áreas sean usadas para siempre si fueron ilegalmente taladas antes de Julio del 2008; y permitiría la siembra a lo largo de los sensibles bancos del río.

"Esta es una amnistía que envía un mensaje de que los crímenes ambientales no son castigados. Y eso alentará más deforestación," argumentó Paulo Adario de Greenpeace.